viernes, 12 de febrero de 2016

QUINTA CLASE SOCIO ANTROPOLOGIA.

POTENCIA Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS POTENCIAS APETITIVAS

En sus orígenes, antes de Cristo, la educación vivió restringida al ámbito familiar. Los conocimientos eran mayormente primarios de carácter práctico. El encargado de ceder dichos conocimientos era el padre de familia, y lo hacía mediante leyendas, mitos, educación religiosa, cómo sobrevivir en la vida cotidiana, etc.
Había dos clases de maestros ambulantes: Los Sofistas que no tenían interés por circular la verdad, sino ganar beneficios prácticos como satisfacer al otro para su beneficio  y los Filósofos que deseaban saber por amor a la sabiduría.  En el Siglo XII sale la universidad (como es el caso de la universidad de Paris o la de Oxford, que poseen un centro eclesiástico en ellas, la unión de docentes y alumnos en el interés común de cultivar la ciencia al más alto nivel.
Actualmente, las Universidades Católicas extienden su labor al servicio de la verdad y del hombre.

LA UNIVERSIDAD: NATURALEZA Y FINES
Conceptos de Universidad: Definición real: Comunidad de profesores y alumnos que se consagran al cultivo de la verdad mediante la investigación, la docencia y los diversos servicios que brinda.
Aspectos de la universidad:
Primer aspecto: Es una locución concreta de la tendencia natural del hombre a la vida social. Teniendo en cuenta la extrema carencia con la que el ser humano llega al mundo, necesita de los demás para proveerse material y espiritualmente. También es claro que no puede alcanzar el estado de perfección por sí solo.
Segundo aspecto: Sus integrantes son docentes y alumnos. Se diferencian según el aporte que cada uno puede ofrecer a ese objetivo en común: los maestros transfiriendo conocimientos y experiencias, y los alumnos dedicándose al estudio y haciendo críticas a la clase. Si alguna de estas dos partes faltara, no habría Universidad.
Tercer aspecto: La universidad se constituye esencialmente a partir de la búsqueda de la verdad.
Hombre es adquirir la verdad. El segundo paso es la comunicación de la verdad, para conservar la tradición y el patrimonio intelectual.

EL APETITO SENSITIVO O LA SENSIBILIDAD AFECTIVA

El apetito sensitivo es el principio de los movimientos afectivos de la sensibilidad, que se llaman pasiones en el lenguaje filosófico.
Las pasiones del hombre y del bruto convienen en el fondo, en cuanto que en el uno y en el otro existen afecciones varias o movimientos afectivos de la sensibilidad que envuelven inclinación o aversión hacia objetos sensibles.
La tercera diferencia, que viene a ser un corolario legítimo de las dos precedentes, consiste en que las pasiones, en virtud de la relación y subordinación que tienen al entendimiento y voluntad.
En atención a lo que dejamos expuesto, podremos decir que el apetito sensitivo es la facultad o fuerza afectiva sensible, mediante la cual nos movemos interiormente en orden al bien o mal sensible, previo a su conocimiento, o por los sentidos solos, o por éstos y por el entendimiento a la vez. 
El bien y el mal, que son objeto del apetito sensitivo, pueden ofrecerse a éste, o simplemente bajo la razón de bien o de mal, o bajo la razón de bien y mal difíciles de conseguir o de evitar.

PASIONES DEL APETITO CONCUPISCIBLE.

Que son el amor, el deseo, el deleite o gozo sensible, a las cuales corresponden con respecto al mal sensible, el odio, la fuga y la tristeza. Estas afecciones, como pasiones, no deben confundirse con los actos análogos de la voluntad, relativos a algún objeto en cuanto conocido por la razón pura, actos que pudiéramos llamar afecciones inteligibles, para distinguirlas de las sensibles, que constituyen las pasiones.
Es muy difícil explicar con palabras, ni definir con exactitud estas manifestaciones de la sensibilidad, porque son fenómenos y hechos que se sienten y experimentan más bien que se explican: diremos, sin embargo, que
a) El amor-pasión es la complacencia del apetito en el bien sensible; puesto que es una especie de adhesión e inclinación de la sensibilidad al objeto que los sentidos, y especialmente la imaginación, presenta como buenos, o agradables, o capaces de producir placer con su posesión. El amor, por consiguiente, viene a ser la unión afectiva entre el sujeto y la cosa amada, unión producida por la percepción de la bondad sensible o relativa a la sensibilidad.
b) El deseo, como pasión, es el movimiento afectivo de la sensibilidad hacia un bien ausente o no poseído. El deseo se [264] distingue, pues, del amor: 1º porque éste envuelve la simple complacencia en el bien que le sirve de objeto, prescindiendo de que este se halle presente, o ausente o no poseído: el deseo se refiere a algún bien ausente o no poseído, porque no se desea lo que ya se tiene: El amor incluye la unión afectiva con el objeto: el deseo es más bien una tendencia al mismo, y como conato o esfuerzo para llegar hasta él.
c) El  placer, que también suele apellidarse gozo, alegría, satisfacción, es la afección que resulta en la sensibilidad de la posesión del bien sensible; o en otros términos, la fruición producida o determinada por la posesión del bien sensible. 
Caracteres físicos: los individuos en quienes predomina notablemente este temperamento, suelen tener el cuerpo alto y grueso; los miembros, y especialmente la cara, presentan formas redondeadas. Son tardos y pesados en sus movimientos; su semblante carece de expresión, por lo general; los ojos presentan un color más o menos azulado; el color general es blanco.
Caracteres morales: los linfáticos, ni reciben, ni retienen con viveza las impresiones, tanto externas, como internas. La reacción sobre las impresiones externas, lo mismo que las sensaciones y afecciones resultantes, son débiles y pasajeras. Su imaginación es fría y carece de energía y viveza.

DE LAS FACULTADES SUPERIORES DE CONOCIMIENTO O SEA DE LA INTELIGENCIA
El alma humana, como decía san Agustín y confirma la experiencia, percibe primero por medio de los sentidos los fenómenos que nos ofrece el mundo externo, y después investiga sus causas por medio de la razón. Después de haber tratado de las diferentes manifestaciones de la sensibilidad en el hombre, conviene tratar de sus facultades superiores o intelectuales, que son el entendimiento y la voluntad. Aquí trataremos solamente del primero, reservando para la Moral lo perteneciente a la segunda.
DE LA INTELIGENCIA O ENTENDIMIENTO EN GENERAL

Puede definirse el entendimiento del hombre: una facultad o fuerza vital innata, por medio de la cual el alma humana puede conocer las cosas insensibles y espirituales, y las sensibles y materiales por medio de ideas universales. Dícese fuerza vital e innata, para distinguir y separar el entendimiento de los hábitos adquiridos o infusos, naturales o sobrenaturales, como la ciencia.
Esta facultad intelectual que acabamos de definir, recibe los nombres de inteligencia, entendimiento, razón, nombres que en el lenguaje ordinario se toman como sinónimos, y que nosotros también usaremos como tales. la significación filosófica de estas tres palabras no es completamente idéntica, La inteligencia, además de la acepción usual y vulgar, según la cual se identifica con entendimiento, comprende las dos significaciones siguientes: el acto segundo, operación o ejercicio actual del entendimiento, en el sentido de que inteligencia equivale a intelección o acción de entender: el hábito o facultad de los primeros principios. En cuanto que esta facultad ejerce las funciones de percibir simplemente los objetos, y de formar  juicios inmediatos de evidencia inmediata, recibe la denominación de entendimiento o de inteligencia.
Esta facultad es entendimiento o inteligencia cuando entra en posesión de la verdad por simple contacto con el objeto, sin esfuerzo, y como por un movimiento tranquilo, natural y espontáneo de la actividad intelectual.
Luego el entendimiento como entendimiento, o sea como inteligencia, es la manifestación más noble y superior de la potencia o actividad intelectual del hombre, es decir, de la que llamamos la inteligencia humana. Partida o principio en algún juicio inmediato, y se resuelve o termina al mismo.
El acto propio del entendimiento, en cuanto a tal o como inteligencia, puede decirse que es la intuición, si no inmediata o propiamente dicha, al menos mediata e imperfecta.
El objeto más propio y directo del entendimiento como entendimiento es el ente, porque su conocimiento se verifica por una especie de simple intuición, y por medio de un movimiento natural y espontáneo.

El entendimiento por comparación a los sentidos, o superioridad del entendimiento respecto de la sensibilidad
El problema relativo a la distinción y diferencia entre el entendimiento y las facultades sensibles es, sin duda, uno de los más trascendentales de toda la filosofía. El sensualismo, el materialismo, la inmortalidad del alma, la vida futura, la libertad humana y consiguientemente todos los problemas fundamentales de la moral y de la religión, se hallan en relación más o menos inmediata y directa con este problema psicológico.


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