POTENCIA Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS POTENCIAS APETITIVAS
En sus orígenes, antes de Cristo, la
educación vivió restringida al ámbito familiar. Los conocimientos eran
mayormente primarios de carácter práctico. El encargado de ceder dichos
conocimientos era el padre de familia, y lo hacía mediante leyendas, mitos,
educación religiosa, cómo sobrevivir en la vida cotidiana, etc.
Había dos clases de maestros ambulantes:
Los Sofistas que no tenían interés por circular la verdad, sino ganar
beneficios prácticos como satisfacer al otro para su beneficio y los Filósofos que deseaban saber
por amor a la sabiduría. En el Siglo XII
sale la universidad (como es el caso de la universidad de Paris o la de Oxford,
que poseen un centro eclesiástico en ellas, la unión de docentes y alumnos en
el interés común de cultivar la ciencia al más alto nivel.
Actualmente, las Universidades Católicas
extienden su labor al servicio de la verdad y del hombre.
LA UNIVERSIDAD: NATURALEZA Y FINES
Conceptos de Universidad: Definición
real: Comunidad de profesores y alumnos que se consagran al cultivo de la
verdad mediante la investigación, la docencia y los diversos servicios que
brinda.
Aspectos de la universidad:
Primer
aspecto: Es una locución concreta de la tendencia natural
del hombre a la vida social. Teniendo en cuenta la extrema carencia con la
que el ser humano llega al mundo, necesita de los demás para proveerse material
y espiritualmente. También es claro que no puede alcanzar el estado de
perfección por sí solo.
Segundo
aspecto: Sus integrantes son docentes y alumnos. Se diferencian
según el aporte que cada uno puede ofrecer a ese objetivo en común: los
maestros transfiriendo conocimientos y experiencias, y los alumnos dedicándose
al estudio y haciendo críticas a la clase. Si alguna de estas dos partes
faltara, no habría Universidad.
Tercer
aspecto: La universidad se constituye esencialmente a partir de la búsqueda
de la verdad.
Hombre es adquirir la verdad. El segundo
paso es la comunicación de la verdad, para conservar la tradición y el
patrimonio intelectual.
EL APETITO SENSITIVO O LA SENSIBILIDAD AFECTIVA
El apetito sensitivo
es el principio de los movimientos afectivos de la sensibilidad, que se llaman
pasiones en el lenguaje filosófico.
Las pasiones del hombre y del bruto
convienen en el fondo, en cuanto que en el uno y en el otro existen afecciones
varias o movimientos afectivos de la sensibilidad que envuelven
inclinación o aversión hacia objetos sensibles.
La tercera diferencia, que viene a ser
un corolario legítimo de las dos precedentes, consiste en que las pasiones, en
virtud de la relación y subordinación que tienen al entendimiento y voluntad.
En atención a lo que dejamos expuesto,
podremos decir que el apetito sensitivo es la facultad o fuerza afectiva
sensible, mediante la cual nos movemos interiormente en orden al bien o mal
sensible, previo a su conocimiento, o por los sentidos solos, o por éstos y
por el entendimiento a la vez.
El bien y el mal, que son objeto del
apetito sensitivo, pueden ofrecerse a éste, o simplemente bajo la razón de bien
o de mal, o bajo la razón de bien y mal difíciles de conseguir o de
evitar.
PASIONES DEL APETITO CONCUPISCIBLE.
Que son el amor, el deseo, el deleite o
gozo sensible, a las cuales corresponden con respecto al mal sensible, el odio, la fuga y
la tristeza. Estas afecciones, como pasiones, no deben
confundirse con los actos análogos de la voluntad, relativos a algún objeto en
cuanto conocido por la razón pura, actos que pudiéramos llamar afecciones inteligibles,
para distinguirlas de las sensibles, que constituyen las pasiones.
Es muy difícil explicar con palabras, ni
definir con exactitud estas manifestaciones de la sensibilidad, porque son
fenómenos y hechos que se sienten y experimentan más bien que se explican:
diremos, sin embargo, que
a) El amor-pasión es la complacencia
del apetito en el bien sensible; puesto que es una especie de adhesión e
inclinación de la sensibilidad al objeto que los sentidos, y especialmente la
imaginación, presenta como buenos, o agradables, o capaces de producir placer
con su posesión. El amor, por consiguiente, viene a ser la unión afectiva
entre el sujeto y la cosa amada, unión producida por la percepción de la bondad
sensible o relativa a la sensibilidad.
b) El deseo, como pasión, es
el movimiento afectivo de la sensibilidad hacia un bien ausente o no poseído.
El deseo se [264] distingue, pues, del amor: 1º porque éste envuelve la simple
complacencia en el bien que le sirve de objeto, prescindiendo de que este se
halle presente, o ausente o no poseído: el deseo se refiere a algún bien
ausente o no poseído, porque no se desea lo que ya se tiene: El amor incluye la
unión afectiva con el objeto: el deseo es más bien una tendencia al mismo, y
como conato o esfuerzo para llegar hasta él.
c) El placer, que también suele
apellidarse gozo, alegría, satisfacción, es la afección que
resulta en la sensibilidad de la posesión del bien sensible; o en otros
términos, la fruición producida o determinada por la posesión del bien
sensible.
Caracteres
físicos: los individuos en quienes predomina notablemente este
temperamento, suelen tener el cuerpo alto y grueso; los miembros, y
especialmente la cara, presentan formas redondeadas. Son tardos y pesados en
sus movimientos; su semblante carece de expresión, por lo general; los ojos
presentan un color más o menos azulado; el color general es blanco.
Caracteres morales: los linfáticos, ni
reciben, ni retienen con viveza las impresiones, tanto externas, como internas.
La reacción sobre las impresiones externas, lo mismo que las sensaciones y
afecciones resultantes, son débiles y pasajeras. Su imaginación es fría y
carece de energía y viveza.
DE LAS FACULTADES SUPERIORES DE CONOCIMIENTO O SEA DE LA INTELIGENCIA
El alma humana, como decía san Agustín y
confirma la experiencia, percibe primero por medio de los sentidos los
fenómenos que nos ofrece el mundo externo, y después investiga sus causas por
medio de la razón. Después de haber tratado de las diferentes manifestaciones
de la sensibilidad en el hombre, conviene tratar de sus facultades superiores o
intelectuales, que son el entendimiento y la voluntad. Aquí trataremos
solamente del primero, reservando para la Moral lo perteneciente a la segunda.
DE LA INTELIGENCIA O ENTENDIMIENTO EN GENERAL
Puede definirse el entendimiento del
hombre: una facultad o fuerza vital innata, por medio de la cual el alma
humana puede conocer las cosas insensibles y espirituales, y las sensibles y
materiales por medio de ideas universales. Dícese fuerza vital e innata, para
distinguir y separar el entendimiento de los hábitos adquiridos o infusos,
naturales o sobrenaturales, como la ciencia.
Esta facultad intelectual que acabamos
de definir, recibe los nombres de inteligencia, entendimiento, razón, nombres
que en el lenguaje ordinario se toman como sinónimos, y que nosotros también usaremos
como tales. la significación filosófica de estas
tres palabras no es completamente idéntica, La inteligencia, además
de la acepción usual y vulgar, según la cual se identifica con entendimiento,
comprende las dos significaciones siguientes: el acto segundo, operación o
ejercicio actual del entendimiento, en el sentido de que inteligencia equivale
a intelección o acción de entender: el hábito o facultad de los
primeros principios. En cuanto que esta facultad ejerce las funciones de percibir
simplemente los objetos, y de formar juicios inmediatos de
evidencia inmediata, recibe la denominación de entendimiento o de
inteligencia.
Esta facultad es entendimiento o inteligencia cuando
entra en posesión de la verdad por simple contacto con el objeto, sin esfuerzo,
y como por un movimiento tranquilo, natural y espontáneo de la actividad
intelectual.
Luego el entendimiento como entendimiento, o
sea como inteligencia, es la manifestación más noble y superior de la potencia
o actividad intelectual del hombre, es decir, de la que llamamos la
inteligencia humana. Partida o principio en algún juicio inmediato, y
se resuelve o termina al mismo.
El acto propio del entendimiento, en
cuanto a tal o como inteligencia, puede decirse que es la intuición, si
no inmediata o propiamente dicha, al menos mediata e imperfecta.
El objeto más propio y directo del
entendimiento como entendimiento es el ente, porque su conocimiento
se verifica por una especie de simple intuición, y por medio de un movimiento
natural y espontáneo.
El entendimiento por comparación a los sentidos, o superioridad del
entendimiento respecto de la sensibilidad
El problema relativo a la distinción y
diferencia entre el entendimiento y las facultades sensibles es, sin duda, uno
de los más trascendentales de toda la filosofía. El sensualismo, el
materialismo, la inmortalidad del alma, la vida futura, la libertad humana y
consiguientemente todos los problemas fundamentales de la moral y de la
religión, se hallan en relación más o menos inmediata y directa con este
problema psicológico.